Capítulo 4—La iglesia de Dios de los últimos días El pueblo de Dios guarda sus mandamientos Dios tiene en la tierra una iglesia que está ensalzando la ley pisoteada y presentando al mundo el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo [...]. Existe solamente una iglesia que esté actualmente en la brecha, reparando el muro, reedificando las ruinas [...]. Tengan todos cuidado de no hacer declaraciones contra el único pueblo que está cumpliendo la descripción que se da del pueblo remanente que guarda los mandamientos de Dios, [y] tiene la fe de Jesús [...]. Dios tiene un pueblo distinto, una iglesia en la tierra, que no es inferior a ningún otro, sino superior a todos en su capacidad de enseñar la verdad y vindicar la ley de Dios [...]. Hermano mío, si usted está enseñando que la Iglesia Adventista del Séptimo Día es Babilonia, está equivocado.—Testimonios para los Ministros, 50, 57-59 (1893). Tienen el testimonio de Jesús A medida que se acerca el fin, y la obra de d...
Capítulo 6—Estilo de vida y actividades del remanente Un espíritu de servicio y de sacrificio propio Largo tiempo ha esperado Dios que el espíritu de servicio se posesione de la iglesia entera, de suerte que cada miembro trabaje por él según su capacidad. Cuando los miembros de la iglesia de Dios efectúen su labor señalada en los campos menesterosos de su país y del extranjero, en cumplimiento de la comisión evangélica, pronto será amonestado el mundo entero, y el Señor Jesús volverá a la tierra con poder y grande gloria.—Los Hechos de los Apóstoles, 91 (1911). En todas partes hay tendencia a reemplazar el esfuerzo individual por la obra de las organizaciones. La sabiduría humana tiende a la consolidación, a la centralización, a crear grandes iglesias e instituciones. Muchos dejan a las instituciones y organizaciones la tarea de practicar la beneficencia; se eximen del contacto con el mundo, y sus corazones se enfrían. Se absorben en sí mismos y se incapacitan para recibir impresi...
Capítulo 7—La vida en el campo El ideal divino Aunque todo lo que Dios había hecho era perfectamente bello, y parecía que no faltaba nada en la tierra que Dios había creado para hacer felices a Adán y Eva, él les manifestó su gran amor plantando un jardín especialmente para ellos. Una porción de su tiempo debía ocuparse en la alegre tarea de cultivar el jardín, y otra en recibir la visita de los ángeles, escuchando su instrucción, y en feliz meditación. Su trabajo no era cansador, sino placentero y vigorizador. Este hermoso jardín habría de ser su hogar, su residencia especial.—Spiritual Gifts 3:34 (1864). ¿Cuáles fueron las condiciones escogidas por el Padre infinito para su Hijo? Un hogar apartado en los collados de Galilea; una familia mantenida por el trabajo honrado y digno; una vida sencilla; la lucha diaria con las dificultades y penurias; la abnegación, la economía y el servicio paciente y alegre; las horas de estudio junto a su madre, con el rollo abierto de las Escritura...
Comments
Post a Comment